El Alce en la cafetería: una crítica sobre la moda Hipster
En algún momento alrededor del año nuevo 2009, estaba sentado en una cafetería en Manhattan cuando llegó un tipo de unos cuarenta años que vestía unas botas hasta la pantorrilla con agujetas, los pantalones de mezclilla adentro de las mismas, una camisa de franela roja y un gorro de lana. Estaba vestido como si hubiera regresado de un viaje de cacería de 1955. Ordenó un cappuccino, se sentó junto a mí y empezó a leer el New York Times. No había ningún alce amarrado en la caja de su camioneta y sencillamente dijo que su intención era quedarse vestido así por el resto del día. Lo que me impactó de su ropa fue que justo una semana antes había visto un par de botas idénticas en el catálogo de la colección de invierno de J.Crew en la mesa de la cocina de un amigo y una semana después vería una hilera del mismo estilo de botas en una tienda vintage. Aparentemente el estilo ¨cazador de 1950 era la moda retro del momento. Pero era solamente un estilo más entre los cuales estaban: el ama de casa desde los 50´s hasta los 80´s, el look de Vaselina, el punk, el metalero, el hip-hopero y por supuesto el nerd de los 80´s, entre otros. Esta era la forma más simple de ver la moda hipster; infinitamente rotando hacia el pasado.
Por supuesto, el elemento ¨retro¨ ha sido importante en la moda desde la mitad de los 60´s, cuando los músicos de pop en Londres y San Francisco empezaron a escudriñar en las tiendas de segunda mano en busca de artículos llamativos. Pensando en Jimi Hendrix, Rolling Stones, Jefferson Airplane. Este tipo de moda vintage tenía como propósito la reapropiación de los objetos que ya estaban fuera de moda. El objetivo de la reapropiación era verse como alguien que no se había visto antes.
La moda hipster ha erradicado la reapropiación. Ahora el punto de la moda retro no es integrar cosas pasadas de moda dentro de un mismo look, sino recrear el look de una era entera u otra por completo. Sin embargo, el rango de eras es limitado porque nadie se viste como una mujer de sociedad belle-epoque de 1920, por ejemplo. American Apparel ha creado una industria completa que provee a los hipsters con todo lo que necesitan para recrear el look de estudiantes de prepa de los ochentas. Un verdadero envidiable hipster se asegura de conseguir la imagen completa coordinando ropa, zapatos, corte de cabello y accesorios fácilmente identificables. Incluso cuando la ropa de diferentes décadas es utilizada al mismo tiempo, los componentes pueden ser identificables. El objetivo es verse exactamente como algo que ya se ha visto con anterioridad.
Para muchos, la moda hipster es simplemente la siguiente ola de Bohemios Americanos. Desde Julio 2007 a Julio 2008 viví en una cuadra de Bushwick, Brooklyn, que presumía de ser la incubadora de los bohemios contemporáneos y de la cultura hipster. Dos enormes antiguas fábricas, una enfrente de la otra, fueron convertidas en departamentos de loft baratos, ambos con música fuerte, botellas de cerveza vacías, baterías y amplificadores, recamaras improvisadas, ácaros y desorientados veinteañeros.
Entre los habitantes de Brooklyn a mi cuadra le llamaban el ¨hotel hipster¨. Ganó tanta popularidad como símbolo de los nuevos bohemios que tenía páginas de MySpace rivales, la cuadra entera podía ser hallada en Wikipedia y durante mi estancia The Gawker y The New York Times, cubrían repetidamente la escena. Todo aquello me llevo a pensar que el periodo de apogeo había pasado antes de que yo llegara; sin embargo, todo aquello solo reafirmó algunas de las ideas de la estética hipster que había formulado por varios años. Para mí, la moda hipster no representa al verdadero bohemio sino es una versión comercializada bastarda o no reconocida por los bohemios preexistentes.
La idea de los bohemios emergió en la Francia de mitad del siglo XIX, cuando los artistas y escritores empezaron a mudarse a los territorios gitanos de las principales ciudades para evitar las rentas altas y la moral de clase alta. Estos grupos obtuvieron la categoría de bohemios, producto de la idea incorrecta de que los gitanos provenían de la región Checa conocida como Bohemia. Los bohemios idealizaban el vivir fuera de la severa crítica de la cultura moderna. Por supuesto, los artistas burgueses enviaron al grupo de gitanos que después fingirían no admirar fuera de sus vecindarios originales. Este tipo de imitación, que es una parodia de lo que busca imitar, establece una relación paralela entre la comunidad artística blanca y la negra durante el siglo XX. Los gitanos no sólo fueron diferentes por sus prácticas sociales sino por el color de su piel, su relación con el resto de la Europa moderna fue el resultado de diferencias raciales. El fenómeno ahora es una parodia de la relación paralela que existió entre comunidades artísticas de gente blanca y negra en el siglo veinte. En el siglo veinte los Beats tenían a los músicos bebop, los hippies tenían a los cantantes de blues y a las Panteras Negras (Black Panthers), e incluso los punks hallaron su inspiración inicialmente de la subcultura del Caribe en la Inglaterra urbana. Cada corriente de contracultura de gente blanca tenía como fetiche a un grupo racialmente ajeno, convirtiéndose finalmente en un mediador entre los inadaptados y la sociedad burguesa. No es un error el hecho de que Jimi Hendrix, probablemente el músico negro con mayor influencia en la generación hippie, se haya llamado a sí mismo un ¨gitano¨.
Otro elemento que une a cada corriente de contracultura con su lado gitano es una idea de nostalgia con la cual los gitanos representaban la inocencia y creatividad de la niñez y un estado cercano a la naturaleza. La canción ¨Gipsy¨ de Fleetwood Mac relaciona un estado de creatividad de la infancia con la imagen gitana, es una concisa expresión del ideal bohemio de la segunda guerra mundial.
Los hipsters de Bushwick parecían estar jugando a disfrazarse de varios movimientos contraculturales. Su estética construida en cuatro pilares: hip-hop, hippie, punk/metal, y el típico aburrido güero (que bien podría estar representado por el estereotipo porno de los setentas, el camionero, el estereotipo del americano ¨white trash¨, o el típico preppy (anglosajones blancos protestantes preparatorias privadas), incluyendo la imagen de las amas de casa de los 50´s hasta los 80´s). Muchos hipsters balancearon estos elementos en proporciones diversas. Para entender mejor la actitudhipster he desarrollado una matrix con los cuatro atributos principales en cada polo en la cual se puede apreciar gráficamente a cada hipster.
De tal forma que como otras corrientes alternativas ¨bohemias¨, el fenómeno hipster también parece idealizar a un grupo de contracultura negra –los conocidos artistas de hip-hop – debe notarse que este hecho se pierde por la también idealización del típico blanco americano. Lo que permanece es una nostalgia por las corrientes de contracultura del pasado cuya relación con la identidad gitana y su potencial rebelde desgastado se vive ahora de una forma sin riesgos.
Es una nostalgia vacía.
Esta breve reflexión me remite al tipo con las botas de cazador en la cafetería. El estado de sus botas, su abrigo y barba (que si bien parecía un hombre del bosque estaba demasiado bien delineada y limpia para ser de uno de verdad), todo indicaba que su outfit nunca visitaría el bosque. El tipo jamás construiría su propia casa, ni viviría sin comodidades domésticas, ni comería como su tatarabuelo del campo en Nebraska. ¿Porqué es aceptable para un hombre vestido para un viaje de cacería beber cappuccino de boutique y leer The New York Times en lower Manhattan? ¿Cómo es que un hombre que representa el movimiento cultural de esta época se siente cómodo pasando las tardes en una actividad tan burguesa? Es simple, el hipster más que defender un estilo de vida alternativo o no convencional, representa meramente al consumismo. Esta ausencia crucial separa al estilo hipster de los auténticos bohemios. Aunque la moda hipster persiga un significado de creatividad, individualismo y estilo de vida alternativo, se trata únicamente de elegir la década más cool y atractiva. El hipsterismo ha invadido a la clase media joven de gran parte del mundo y como lo demuestra el hombre de las botas esta tendencia también ha alcanzado ya la edad adulta.
